Hoy tengo ganas de dejar el lenguaje entre las cobijas y dedicar el día a balar como un cordero perdido.
¿Será que alguien me entiende?
Es que he tratado de hacer como una fruta que arrancan a la fuerza del árbol, pero nadie se da cuenta.
Creo que es más fácil para ellos entender mis berridos que mis silencios.
¿Será que si me entienden?
1 comentario:
¡Genial!
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