miércoles, 25 de junio de 2008

El Crimen

A: ¿Cree usted que la vida es muy larga! Pues le tengo la solución. ¡Venga y pregunte, pregúnteme sin compromiso!

(Espera unos minutos repitiendo a gritos lo mismo, hasta que se acerca un caballero)

B: ¿Dígame, señor, cuál es la solución para acortar la vida?

(El vendedor le secretea algo al oído, su interlocutor asiente animado con la cabeza y le cambia unos billetes por una pequeña caja; acto seguido, abandona el lugar. Al instante se acerca otro individuo al vendedor)

C: ¿Cuál es la solución?

A: Disculpe, caballero, pero la acabo de vender. Ya no está bajo mi custodia. No, lamentablemente no se la puedo dar. Lo siento mucho por su vida, parece que el destino le depara un camino insoportablemente largo.

C: ¿Cómo así que ya no la tiene! ¿A quién se la vendió? ¿A ese señor de sombrero que va allá?
(El vendedor termina de empacar sus pertenencias en el maletín y confirma satisfecho la duda del interesado. Este último se dirige apresurado al comprador)

C: (gritándole a B) ¡Oiga! ¡Deténgase! ¿Cuánto pagó por la solución que le vendió el anciano de la esquina? Yo le doy el doble.

B: (asustado) No, señor, no está en venta. Ni siquiera he abierto la caja.

C: ¿Cuál caja? (Detallando minuciosamente el interior de la bolsa que B lleva agarrada)

B: Una caja. Permiso, señor, que tengo afán.

(B trata desesperado de parar un taxi, pero todos están ocupados. C, al observar las intenciones de B, pierde el juicio y trata de arrebatar la bolsa de B)

B: ¡Qué hace! ¡Ladrón, ladrón! ¡Ayúdenme!

(Inicia un divertido forcejeo en la mitad del andén. Ninguno de los testigos hace más que mirar. Los gritos de B tienen iracundo a C, que no ha podido arrancar la solución a B, y a la vez nervioso por la posible intervención policial.)

C: ¡Suéltela o lo mato! ¡Qué la suelte, le digo!

La inverosímil lucha no termina con las amenazas de C, hasta que éste último saca de su bolsillo un cuchillo largo y lo guarda de nuevo, pero en el vientre de B. Los testigos, al ver el rojo escandaloso de la sangre, despiertan de su letargo y comienzan a gritar para que agarren a C, que ya corre lejos y sin mirar atrás, con la bolsa de B en la mano. Por suerte, una patrulla escucha la algarabía y alcanza al agresor. La ambulancia tarda bastante en llegar y cuando lo hace se encuentra con un hombre muerto.

sábado, 21 de junio de 2008

La Nota



En ese espejo se reflejaba el silencio. Se lo compré a una ciega aquí en el mercado y me resultaba útil cuando no podía dormir. Durante las noches amenazadas de insomnio me sentaba frente a él a gritarle, y el retorno extinguido de los gritos me arrullaba, escuchar sus colores lentos y pesados me introducía al sueño. Sin embargo, anoche el espejo no reflejó nada, ni siquiera mi asombro, por eso decidí venir temprano a reclamarle a la anciana. Desmonté el espejo, lo traje hasta acá pero no la encontré. Desesperado por el escándalo de la muchedumbre y por la incomodidad de cargar algo tan pesado fue que decidí vendérselo a un desconocido. No he contado cuánto me dio por él, pero sé que fue una suma irrisoria. Ahora estoy buscando mi casa, pero tanto ruido no me deja ver.


P.D: En el respaldo escribo mi dirección. Agradezco al que me puede ayudar.



lunes, 16 de junio de 2008

Sentado en la plazoleta de la universidad


Se acaba la canción, los audífonos hablan como piedras, una avioneta continúa con la melodía

La mujer que está al lado ostenta sin verguenza la uña podrida del dedo gordo de su pie izquierdo

Dos hombres, junto a ella, hablan en francés susurrado. Cuando ríen miran directamente a los ojos del otro

Otra mujer, al lado de ellos, se chupa los dedos con los que acabe de meterse un trozo de torta a la boca. Se los chupa hasta la mitad, mientras su amiga le habla

Al otro lado hay una pareja de pie. Se paran como preparándose para bailar tango. Se nota que están aprendiendo. No les importa. También se nota que están enamorados

La de la torta se para y arroja el papel aluminio que envolvía su postre. Se sacude las manos. Ya no se vuelve a chupar los dedos

Cuatro teléfonos públicos. Cuatro personas conectadas. Sólo dos de ellas parecen tener una conversación amena

La de la uña podrida viste falda. Examina sus piernas. Analiza con sus palmas la calidad de la última rasurada

Pasa una mujer de camisa rosada con cachetes rosados, por el acné

La pareja del tango se sienta a mi lado. Él es afeminado, ella le da un beso y después trata de extirparle una espinilla. No lo logra

Arepa de huevo- 2
Jugo de Mora-1
Jugo de Maracuyá-1
Hombre-1
Mujer-1
Silencio-2

A él se le cae la bolsa vacía donde traían las arepas que ya almorzaron. Ella se agacha, la recoge, y se pasa la lengua por los labios para desengrasarlos. No hablan

Una camisa de Eskorbuto se enfila para llamar

Se escuchan los mofles como truenos de polución

Ya me voy

Hoy la gente actuó mucho en la Barrientos

Me siento extraño. Todos tienen verbos



Y yo sólo escribo

miércoles, 11 de junio de 2008

It's Alright Ma' (I'm Only Bleeding)

Tengo miedo de que me deje de gustar esta canción por repetirmela tanto. Desde hace quince días estoy escuchándola sin cansancio, en el Ipod está siempre seleccionada y cuando ya sé que se está acabando presiono la flechita que hace que empiece de nuevo. Ya busqué las palabras que no entendía, y encontré el sentido de las expresiones que traduciéndolas literalmente a nuestro idioma no tienen mucho significado. En la universidad estoy cantando más que hablando (aún sabiendo que mis virtudes para el canto son un mal chiste), y escribo los versos de la canción en donde me muerdan las ganas de ver esa perfección poética. Dylan es un genio. Desde que empezó a componer se supo que sería un genio. Uno puede tomar dos posturas frente a Dylan: sorprenderse constantemente por la calidad de cada verso, por la inspiración extraordinaria de cada canción; o bien puede dar por sentado que eso es lo normal en Dylan y que sólo podríamos exaltarnos cuando tenga una canción floja y sin sentido. En realidad no son posturas diferentes, lo que quiero decir es que es cuando lo común es lo perfecto uno puede llegar hasta el punto de no sorprenderse tanto con lo bueno. ¿Estoy exagerando? Sí. A Bob Dylan uno no puede escucharlo sin estremecerse al final con uno de esos escalofríos relampagueantes que te dan cuando ves a una mujer bonita, o cuando tenés un bostezo atrancado. Yo creí que Sabina era único, pero ese adjetivo se complica cuando tiene que disputarlo con el compositor de It´s Alright Ma' (I'm Only Bleeding) y de otras 500 canciones más.
Aquí dejo el video. La letra de la canción es un poco larga. Si la querés leer (¡la tenés que leer!), hacé click >aquí.


martes, 10 de junio de 2008

Miscelánea De Sentimientos Racionales

I.
Yo no soportaría tu muerte. Cada vez que imagino tu funeral me dan ganas de morir primero, de evadir con cobardía el sufrimiento de tu ausencia. ¿Qué haría yo ese día en que te llame y te llame, te toque tu cara, te sacuda por los hombros, y sienta sólo un montón de carne dejándose enfriar, de besos morados y de silencio vacío? A veces, cuando te veo dormir, me asusto: tu cuerpo sin ti es mi carta de suicidio. Si me toca ir a tu funeral, reservaré la sala contigua para que hagan también el mío y se abastezcan en él cuando en el tuyo se les acabe el tinto y los kleenex hayan llenado todas las papeleras . ¡Qué beneficio les hacemos evitándoles dos dolores y dos llantos! Que agoten todo el sufrimiento en un velorio. Es una promoción altruista.

II.
Si me amas, no te mueras.

III.
Hay una pregunta que debemos analizar con estricta seriedad: ¿Por qué amar a una persona que nos va a hacer tanto daño cuando se muera? No es que no considere una manifestación de amor el llorar ahogados a un familiar o a una esposa, sino que considero cruel y siniestro, por parte del muerto, haberse dejado querer para que después por culpa de él los otros lloren. Para mí eso no es amor. Si te amo no me dejo amar, que llores por otro, pero que a mi tumba no le vengan a rociar penas de las que no quiero ser culpable.

IV.
Entiéndeme, es que no quiero saber que vas a llorar por mí. No quiero imaginarte golpeando mi ataúd sin que yo despierte. Me duele pensar en tu dolor, en los que te avisen mi deceso. Cómo sería esa noticia, “Jorge ha muerto”. Cuando te asesten esa oración no quiero que mi nombre sea el sustantivo. Al decírtela las rodillas se te disolverían al instante, e ignorarías por meses cualquier palabra con pretensión analgésica. Yo te amo, ¿cómo podría hacerte eso?

V.
Qué radical, extremista, hablador. Cómo se me ocurre pensar eso. Qué enamorado pensaría en rechazar amor por no hacer posterior daño con su muerte, qué imbécil sería. Sin embargo, yo, que ya lo he pensado, tengo que ser consecuente. Me voy a desaparecer, pero no te preocupes, no estaré muerto, ni tampoco te desgastes creyendo que mi regreso depende de otros: me voy sólo, nadie me obliga. Olvídate de mí, consíguete otro y entrégate toda a él, como lo has hecho conmigo. Cuando ya estés anciana y tu marido muera, llóralo, llóralo a puños sobre su cajón y sólo entonces acuérdate de mí. Recordarás que no soy yo el que te causó esa pena, y que todavía te amo. De pronto se te distrae el luto. Y si mueres primero que tu esposo, quiero que desde ahora te convenzas de que voy a sentirme aliviado cuando vea que no soy yo el que se asfixia de dolor agarrando la bolsa de tus cenizas y cuando advierta que tu muerte no me encontró vulnerable. Entonces sabré que me amas y no tomaré medidas de seguridad al respecto.

VI.
Sí. Porque te amo me voy a morir lejos.

Silencio por finales

He tenido algo descuidado el blog, lector invisible, lo acepto; pero es debido a las toneladas de trabajos que se me acumularon al final del semestre y tengo que entregar en poco tiempo. En estos momentos realizo una investigación sobre los medios que publican literatura de ficción y poesía en Medellín. Busco revistas, blogs disciplinados, revistas virtuales, que se atrevan a dedicar espacios a los nuevos escritores que se hornean en la ciudad, porque de que los hay, los hay, sólo que no hay muchas maneras de conocerlos.

La literatura en Medellín no tiene mucha divulgación. Yo quiero saber si es por falta de promotores, de escritores disciplinados, de medios que estén interesados en apoyar, de revistas que estén dedicadas a publicar novedades literarias de la ciudad; o si es tal vez un problema que no depende tanto de los apasionados por la literatura sino de la sociedad en general: una sociedad donde los pocos lectores que hay sólo le entregan sus ratos de ocio a lo que consiguen en las grandes librerias o de los piratas esquineros. No sé. Todavía no concluyo nada.

Bueno, es por eso que hace rato no subía nada al blog. A partir de la semana entrante, cuando ya haya entregado la investigación, tendré millones de segundos para escribir, y seguramente algo de eso quedará consignado acá.