El silencio es como la página en blanco de la voz. Un espacio disponible para llenar con cualquier palabra, sonido, escándalo.
Pero hay una diferencia decisiva entre el silencio y el papel: el primero no puede reciclarse cuando ya está usado o cuando se ocupó con un error. El silencio mal usado no es reutilizable.
Teniendo en cuenta lo anterior, y si todo continúa como ahora, es probable que un día se nos acabe el silencio, y entonces nadie tendrá dónde extender su voz. Nadie tendrá espacios para hablar.
Hay que prevenirse desde ahora: cultivar más árboles, más meditación, más pensamiento. Hay que aprovechar que todavía queda papel, que todavía resta un poco de silencio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario